Muchas imprecaciones, arrebatos y quizá por ahí, alguna idea que valga la pena

jueves, agosto 31, 2006

La conciencia contra América

A lo largo del siglo XX la narrativa político-social no ha menguado dentro de la tradición norteamericana. Norman Mailer, John Updike entre otros han intentado con resultados dispares acometer la llamada gran novela americana que no es otra cosa que un libro-manifiesto que dé cuenta, de las coordenadas de un país, su cultura, sus sueños o la falta de éstos, sus paranoias públicas y privadas, sus vínculos sociales, a través de la vida de sus ciudadanos en un momento determinado del espacio-tiempo. Campo ambicioso si lo hay.

Philip Roth es especialista en grandes novelas americanas. Es más, de lo único que sabe escribir Roth es precisamente de historias enormes, sagas impresionantes que determinan la vida de personas por medio de la influencia de un contexto, de un pasaje en la singladura de su Norteamérica desmejorada.

Roth ha tomado la posta de Saúl Bellow, el patriarca de eso que suele llamarse la tradición judía de la literatura estadounidense. Pero Roth ha logrado en quizá el último decenio superar a su maestro. Sus novelas son de una estructura inauditamente sólida y de aristas jamás deshilvanadas. La organización de sus textos es especialmente puntillosa sin perder por esto la posibilidad de construir un fresco global de una sociedad que parece siempre agónica, a un tris de desmoronarse, sin puntos de apoyo; y quienes sucumben a este virus corrosivo son siempre los protagonistas de turno.

Ahí está Pastoral Americana con el ejemplar “Sueco” Levov, ciudadano decente, excelente emprendedor, figura deportiva local y un padre generoso. Un día de muchos su vida explota al saber que su adolescente hija se ha convertido en una anarquista que detona una bomba en el emporio de toda la vida, haciendo pedazos toda una tradición de rectitud y certidumbre. Odia a su padre y todo lo que él representa.

Todo nos parece decir que Levov es un hombre indefenso, bondadoso pero desvinculado por completo de una sociedad que le exigía ser sagaz y vigilante como precio para imponer algo de cordura a lo que lo rodea.

Roth aprieta fuerte el clavijero, su humor y análisis no perdonan y se refocila especialmente con la candidez estúpida de individuos anclados en la complacencia y en la tela ilusoria que han confeccionado para impermeabilizar sus existencias de la rudeza exterior.

Pronto llegará Every Man, su última novela, quizá lo más autobiográfico que se ha propuesto. Un hombre viejo y prosaico enfrenta su muerte, lenta y dolorosa, sin gestos de hidalguía ni redención, sólo con tiempo para recordar sus incontables estropicios. Una muerte sorda, patética y llena de resentimiento le espera. Cortesía de la casa. Con mucha saña de Philip para todos nosotros, como a él siempre le ha gustado

jueves, agosto 24, 2006

¨I be an african man original¨


El león de Lagos. Bestia de raza, músico vitriólico e hinchabolas único. Fela Anikulapo Kuti es quizá el mito más incendiario de la música popular africana.

Nacido en Nigeria en 1938, su vida no dista de otros artistas impenitentes contemporáneos suyos. Cuna burguesa, padres cultos y con motivaciones intelectuales, labraron en Fela una profunda mirada que albergaba un concepto que él llamó panafricanismo: asumir un nuevo vehículo artístico que se hiciese cargo de la situación misérrima de su tierra, escuchando la tradición ancestral pero manteniendo un ojo puesto en el resto de la música afroamericana que daba vueltas al globo.

Constantes viajes de juventud por Londres y Los Angeles, estudios de arte y amistades de grueso calibre, Ginger Baker de Cream fue uno de sus más fervientes promotores, allanaron la ruta. Fela ya a fines de los sesenta era un émbolo deslenguado listo para fraguar una aventura en que la política, la excitación tribal y la irreverencia en el único sentido que es posible entenderla, se dieron cita en un manifiesto hecho vida.

¨Teachers don't teach nonsenses¨



Muchas veces se compara a Fela con Bob Marley, pero la comparación es bastante asimétrica. No obstante ambos portaron un emblema estético, Marley con el reggae y Fela con el afro beat, Kuti fue un activista que le pateó las bolas a las permanentes dictaduras nigerianas donde más les dolió. Fundó una propia República independiente dentro de Nigeria, Kalakuta, y recibió el vómito represivo de los militares una y otra vez.

Su música siente este febril grito de ruptura, de conciencia marginal y de belleza mestiza. Sus textos, jamás contemplativos, siempre virulentos, sarcásticos y enfurruñados, unas veces en pidgin -inglés travestido de jergas negras- y otras en dialectos de la zona, apoyan una obra mayor de un tipo que se las traía y muy en serio.

Este video, tomado de una presentación en Corea de principios de los ochenta, es un ejemplo de la hechicería Kuti: más que una canción, esto se acerca más a una ceremonia vudú al son de coristas, bronces, pulsión rítimica imparable y latigazos del predicador Fela. An african man.

jueves, agosto 10, 2006

The Queen is Alive


"¿Y si deseas vivir? ¿Cómo comenzar? ¿Adónde ir? ¿A quién necesitarías conocer?". La frase final de The Boy with the thorn on his side, es la manera más certera de reconocer un disco que como muy pocos no es sólo un testimonio artístico sino un volumen emocional entrañable sobre la desesperanza y soledad adolescentes. Aunque esta conmemoración hubiese sido más apropiada hace algo más de un mes, valga la pena recordar los veinte años que The Queen is Dead ha cumplido este año.

A pesar que ni siquiera podemos concordar sobre el disco de The Smiths más logrado, la competencia es tan dura, al menos se podrá decir que The Queen is Dead es donde mejor funciona ese tándem exquisito de Johnny Marr y Morrissey. Música y letra nutriéndose y complementándose con gracia, calidez y maestría. Marr compuso quizá sus mejores melodías aquí, versátiles, memorables en esa conjugación de country, pop, folk rock y rockabilly, que tanto gustaba el gran Johnny.

En tanto, James Patrick escribía sus mejores líneas; las que calaban más hondo, las que hacían llorar por su certero golpe al alma de la desazón. A Morrissey siempre se le ha enrostrado ser plañidero y autoindulgente. Sin embargo, nadie como él se ha despojado de todo pudor para retratar el auténtico abandono que esconde la tristeza, la vulnerabilidad espiritual de un joven y sus anhelos que permanecen por muy cuesta arriba que estén las cosas.

Además nadie ha tenido la tupé y el ingenio de mandarle un recado al heredero al trono inglés tan cruel: "Querido Carlos, no te apetecería aparecer en la portada del Daily Mail arropado con el vestido de novia de tu madre". Eso pegó fuerte en Buckingham Palace

Una obra tan sólida y enorme que no ha envejecido un ápice. Aún da clase de lirismo y de cómo hacer que el oyente sienta que esta delicada música ha entrado en su dormitorio para compartir su vida.

Cómo se canta en Some girls are bigger than others, "envíame tus sueños, quiero saber lo que sueñas; envíame tus sueños y te mandaré los míos". Hay una luz que nunca se apagará y esto es suficiente para agradecerles por siempre.

lunes, agosto 07, 2006

Let me tell you how it will be


Es una efeméride grande. Y por lo mismo, por quiénes están involucrados y lo qué hicieron público hace ya cuarenta años, los comentarios no faltarán. El seis de agosto de 1966 se editó uno de los álbumes más determinantes en la evolución de la música popular: Revolver.

La antesala fue tal vez el single más estupendo de cuantos concibieron los cuatro de Liverpool: en abril se publicó Paperback Writer/Rain y consiguió disipar los temores y poner en claro que si a sus costados The Beatles podían ver cómo otros músicos estaban poniendo las cosas muy complejas, ellos no tenían problema alguno en dar un paso adelante y demostrar que jamás quedarían desfasados. Fue 1966 un año de competencia durísima. The Kinks con Face to Face, The Byrds con Fifth Dimension, Pet Sounds, Aftermanth, suma y sigue. Con ese sonido turbio, sónico, levemente aturdido bajo capas de innovación, The Beatles mostró que fraguaban un carpetazo de aquéllos.

Con Revolver The Beatles deben haber hecho su más grande punto aparte. Es el lugar donde la cohesión de grupo, en cuanto intención y logros obtenidos es de una perfección y armonía asombrosa. Un trabajo puntilloso y denodado. Unos Beatles nuevos, a veces pastorales, otras melancólicos, por ahí surralistas y sin escatimar ácidez. Buenas noches yeah, yeah, yeah.

Desde el pulso seco de Taxman, el regusto barroco de Eleanor Rigby, el delirio de Tomorow never knows, cada surco de Revolver ha dado patrón de sonido a tantos álbumes y bandas.

Pongamos entonces play para escuchar otra vez el conteo "one, two, three" de George y la tos de Paul. Hito de carraspera.

viernes, agosto 04, 2006

Andmoreagain: Arthur Lee (1945-2006)


Es claramente demasiado. ¿Por qué tan de repente se mandan a cambiar gente tan crucial, tipos que nos han legado tanta belleza? Hace un par de semanas sentíamos la muerte de Syd Barrett y hoy debemos volver a agachar la cabeza con pena por otro hippie de cepa, un compositor maravilloso que brilló en la década de las flores. Arthur Lee, alma mater de Love, ha muerto.

Y como cada vez que un hombre que nos ha salvado la vida detiene su existencia, lo que resta es volver a su obra, a la incansable magistralidad de ese disco llamado Forever Changes, ¡¡¡qué álbum de la puta madre!!! Muchos le llamaron el Sgt Peppers de California, cuando en verdad el disco de los de Liverpool palidece al lado de la estatura emocional Forever Changes. Una pieza que aún no ha terminado de desplegar su influjo de belleza melancólica y fragmentada dentro de la música popular. Cuando uno escucha, por ejemplo, el Ocean Rain de Echo & The Bunnymen y aún siente ese espítiru, es misma posta de suprapoder hippie, angustioso y luminoso a la vez.

¿Y por qué no mejor escuchamos el primer álbum de Love o el encantador Da Capo? ¿O el furioso y deseperado Four Sail? Tantas canciones estupendas.

Arthur Lee apareció el show de Jools Holland, en una actuación de hace un par de años. Había montado una nueva banda y giraba por Europa y Estados Unidos interpretando Forever Changes. La actuación fue apoteósica; todos enmudecieron, todos se paralizaron. Era un gigante cristalino, rodeado de una luz cegadora. Con un pañuelo gitano sobre su cabeza, golpeteando un pandero y su voz, su apenas agrietada voz, venciendo la oscuridad con la convicción inamovible de que su música podía cambiar el mundo.

Me duele y mucho que se estén muriendo estos hippies. Una generación de gente que hizo música tan desde el corazón, tan jugada, con pasión, talento y sin guardarse nada para sí. Creían tanto en sus posibilidades y en el poder de la belleza como curación posible para todo; el cinismo no tenía cabida allí.

Adiós Arthur, maestro y guía. Recuerdo esa frase tan sencilla y bella con que concluye la canción You Set the Scene, cierre de esa acuarela apabullante llamada Forever Changes. "Este es el tiempo y la vida que me han tocado vivir y enfrentaré con una sonrisa cada día".

jueves, agosto 03, 2006

Encanto nocturno

Sam Cooke, tutor del soul y del pop. Uno de los grandes. Durante su carrera mezcló el r&b, el tin pan alley y el gospel, para ir más allá y crear el soul. Pero claro, él hizo la mayor parte su historia en los cincuenta, una década en que eso de hacer álbumes que tuviesen concepto y brindasen una visión de mundo y estética determinadas, la verdad se las traía bastante floja a los pioneros de los cincuenta. Todo radicaba en la canción; allí depositaban la dinamita.

Todo esto para decir que Sam Cooke también entregó una obra maestra. A comienzos de los sesenta, se encerró en un estudio durante un par de días con una panoplia de originales y varios precisos standars, músicos de sesión sobrios y elegantes y entregó una magisterio de calidez llamado "Night Beat". Como dato, es Billy Preston -quien mucho antes de poner sonidos en Get Back ya era un consumado sesionista- se encarga del órgano Hammond

Publicado en 1963 es un disco que no se queda en las bondades más conocidas de Mr. Soul. Gran arreglista, compositor inveterado, su don más extraordinario fue su voz: capaz de derretir un bloque de cemento.

En el álbum el acompañamiento es siempre reducido y austero, en algunas canciones todo se limita al tenue pulso de un contrabajo y platillos, creando un ambiente de claroscuro en que surge incomparable su llamarada vocal, su estirpe de crooner enternecido y sensual. Una joya del soul y de la música en toda su dimensión. Cómprelo o bájelo ya

martes, agosto 01, 2006

Corazón de belleza

Talk Talk cayeron bien parados donde fuera menester. Si a comienzos de los ochenta no tuvieron problema en adaptarse con sofisticación al techno-pop, despachándose singles apoteósicos como "It's my life", tampoco le costó mucho desmarcarse del mero afán bailable con una placa memorable, "The Colour of Spring": un disco que reafirma ese brillo inasible, orgánico y multiforme, pero siempre arranchado en el pop.

Así bien, el siguiente salto hacia la inmortalidad fue tan imprevisible para crítica y público, como de costumbre en el veleidoso mundo de la música popular, salvo para Marck Hollis alma y cuerpo de este proyecto de complexión volátil, curativo y antioxidante. Otra historia de valentía e independencia artística.

The Spirit of Eden 1988
Qué lamentable. Siempre se habla de discos como éste empezando por los detalles anodinos. Fracaso comercial, cero ventas y repercusión, y qué carajos importa. Sólo hay que decir que éste álbum es parte de uno de los más bellos momentos de la música popular.

Un enjambre inédito en que con una emocionalidad enorme se perpetró un espacio relajado y extraño en que cupiesen todas las sensaciones que puede provocar la música. Etéreo e intenso; mántrico y sobrecogedor. A riesgo de sonar cursi: esto y A love Supreme son son lo más cercano a una experiencia mística basada en los sonidos.

Se demoraron un año en grabar el disco, el doble de lo exigido por el sello. Los echaron a patadas, los demandaron y, qué gusto, ganaron el litigio. Jazz, folk, ambient, pop, quién sabe, sólo que es una maravilla acústica de casi imposible alcance.




Laughing Stock 1991
El gemelo de Spirit of Eden fue parido con el grupo ya casi desmantelado y con mucha sangre en el camino. Mark Hollis no cejó; su proyecto contemplaba una coda y aquí está.

No hay grandes diferencias con su antecesor. Laughing Stock es una luminosa continuación en los fluidos de delicadeza, ascenso y arrebatos del alma. Aprovechando la tecnología disponible, podríamos meter ambas piezas en un sólo disco, digamos de DVD; no notaríamos el corte y qué falta hace. Un cierre de cortina a lo grande.

Dos discos, un tándem magnífico que honra la música pop como el mejor sitio para disparar en todas las direcciones posibles sin por esto perder transparencia y sobriedad. Cuánta falta hace beber dosis de belleza concentrada como éstas ahora en que el horror de nuestra depredación nos baja hasta el infierno de nuestros peores miedos.