Antiguamente, antes del reloj y el campanario

Este disco merecería: un especial de televisión de tres horas con entrevistas a la banda y presentación en directo; un programa radial y, al menos, cinco tesis y un libro en editorial de gran tiraje.

Lo que aquí se ha macerado es la prueba valiente de cómo la música superó la hostilidad de un momento amargo y gris como lo fue allá por 1977 en plena dictadura.

Congreso, como agrupación de casi 40 años de trayectoria, ha tenido distintos momentos en que el énfasis de su búsqueda estuvo en tal o cual sitio. Aquí el grupo se halla en esa intrépida y cálida mezcolanza de folklore y jazz con cobertura casi hippie, quizá por causa de ese calmo aislamiento que da el venir de la provincia. Los hermanos Sergio, Patricio y Fernando González, Renato Vivaldi y los dos Franciscos, Hurtado y Sazo, son los responsables de una obra que no tiene problema en alcanzar la perfección y deslumbrar a cada escucha en un testimonio boyante de tierra y ambición.

Este disco fue lanzado al mercado en 1977 y, descatalogado en CD, sólo está disponible para quienes están dispuestos a pagar al menos $40 mil pesos por una lustrosa copia de vinilo. Un descuido imperdonable que urge una reedición ya que en cada lugar de esta nación debiese escucharse esa maravilla poliédrica llamada Los Elementos o la emoción profunda de Volantín de Plumas.

Un momento muy grande en la historia de la música chilena.

Congreso homónimo 1977

The Pretty Things SF Sorrow

Una banda con suerte fatal y talento innato. Desde sus orígenes por allá en 1964, The Pretty Things fueron un producto excelso de los inquietos jóvenes ingleses. Sus primeros discos, de feroz rhythm & blues, al borde del punk, no tienen mella y ponen a los Rolling Stones en el filo de calificarles como una banda beat.

Y cuando se complejizaron las cosas, ellos no tuvieron inconveniente en subir enteros su ambición y resolver los enigmas psicodélicos con nota destacada.

SF Sorrow fue grabado durante ese trimestre bendito de febrero a mayo de 1967, bajo el mando de Norman Smith, en las sesiones más ilustres que recuerde el estudio Abbey Road de Londres. En las salas contiguas se retocaban el Pepper's y el Piper At the Gates de los Floyd. Cosa poca.

Sin embargo, ha costado muchísimo que el reconocimiento llegase a los Pretty Things y su álbum más recompensante. Quién sepa el porqué, que lo diga ya. En este álbum cupo todo, equilibrado en su perfecto desmadre. Psicodelia magnífica y digna de su lugar como estruendoso secreto a voces.

The Pretty Things S.F Sorrow 1967

Delante del trío eléctrico

Estupefacción. ¿Adónde se fue esa ilusoria placidez de la música brasileña que engancha a medio mundo?. La calma y la belleza sosfisticada de la bossa nova que es apuesta segura sobre cualquier escenario y, más aún, si el elegido para hacer las presentaciones del caso es nada menos que Caetano Veloso. Peligrosa opción para quienes se acercaron el primero de septiembre pasado a la tercera aparición del bahiano en Chile.

Primero que todo, Veloso difícilmente podría encajar con una visión más o menos ortodoxa de la música popular brasileña. Más bien, la tropicalia fue su respuesta clara y furiosa contra cierto anquilosamiento de las propuestas del gigante del Sur. Y, por supuesto, él no abandonará su ética "antropófaga" a estas alturas del partido.

El contexto: Cè, su nuevo disco que recuerda bastante a esos experimentos a alta temperatura que fraguó en su exilio londinense, a principios de los setenta. Un trío impecable y bien aceitado de músicos jóvenes que apoyaron a un Caetano extrovertido, ágil y en estado inmejorable -¡Por Diós cómo sigue cantando este tipo! Cierto es que la canciones de Cè no son todas joyas de la corona, pero en directo ganan bastante en sustancia y disposición. Son excelentes métodos de abordar la catarsis con desparpajo.

Los guños a su golden age. Sonaron London, London, You Don't Know Me y Nine Out of Ten, éstas dos de Transa, obra maestra, y uno de los discos favoritos del ciudadano ilustre de Salvador de Bahía y último de su etapa inglesa.

El público. Bueno, quienes fueron a ver a María Creuza y buscaban algo similar en este encuentro, deben haber salido un tanto decepcionados. ¿Saldrá aún de gira Joao Gilberto?

Un curso tropicalista intensivo a cargo de su maestro de ceremonias y mentor. Alegría, alegría....