Delante del trío eléctrico

Estupefacción. ¿Adónde se fue esa ilusoria placidez de la música brasileña que engancha a medio mundo?. La calma y la belleza sosfisticada de la bossa nova que es apuesta segura sobre cualquier escenario y, más aún, si el elegido para hacer las presentaciones del caso es nada menos que Caetano Veloso. Peligrosa opción para quienes se acercaron el primero de septiembre pasado a la tercera aparición del bahiano en Chile.

Primero que todo, Veloso difícilmente podría encajar con una visión más o menos ortodoxa de la música popular brasileña. Más bien, la tropicalia fue su respuesta clara y furiosa contra cierto anquilosamiento de las propuestas del gigante del Sur. Y, por supuesto, él no abandonará su ética "antropófaga" a estas alturas del partido.

El contexto: Cè, su nuevo disco que recuerda bastante a esos experimentos a alta temperatura que fraguó en su exilio londinense, a principios de los setenta. Un trío impecable y bien aceitado de músicos jóvenes que apoyaron a un Caetano extrovertido, ágil y en estado inmejorable -¡Por Diós cómo sigue cantando este tipo! Cierto es que la canciones de Cè no son todas joyas de la corona, pero en directo ganan bastante en sustancia y disposición. Son excelentes métodos de abordar la catarsis con desparpajo.

Los guños a su golden age. Sonaron London, London, You Don't Know Me y Nine Out of Ten, éstas dos de Transa, obra maestra, y uno de los discos favoritos del ciudadano ilustre de Salvador de Bahía y último de su etapa inglesa.

El público. Bueno, quienes fueron a ver a María Creuza y buscaban algo similar en este encuentro, deben haber salido un tanto decepcionados. ¿Saldrá aún de gira Joao Gilberto?

Un curso tropicalista intensivo a cargo de su maestro de ceremonias y mentor. Alegría, alegría....