Muchas imprecaciones, arrebatos y quizá por ahí, alguna idea que valga la pena

miércoles, octubre 26, 2005

Costello no desempacó ni los calzoncillos

Amigos, les habla Johann Sebastian Mastropiero de visita en Chile. Llevo poco tiempo aquí pero mi primera impresión fuerte, para nada agradable debo decir, es la funesta suerte que mi querido compañero de armas Elvis Costello, músico inglés sinmpar que, incentivado por su señora fijó fecha de concierto en este lugar, donde realmente el diablo perdió el poncho.
Lamentablemente, el concierto se canceló porque no más de 150 personas compraron entradas para el concierto. En términos de opinión pública, la información no provocó mayor batahola. Primero porque a pesar de lo tremendo que es Costello, de su trayectoria impecable, multiforme en lo musical, líricamente superior y con una puesta en escena de una solidez aplastante, en Chile sus dimensiones de alcance son misérrimas.
Esto no debe de extrañar considerando el consumo cultural avergonzante bajo y de nivel simiesco que se patente por aquí. Una bruma idiotizante que ha paralizado las aspiraciones y posibilidades de tener acceso a bienes culturales de primer orden que den al país el auténtico sello de nación evolucionada y con al menos atisbos de buen gusto.

Costello no pensará siquiera volver a poner a Chile en su bitácora y, su descarte, se suma al de otros potentes músicos que, desilusionados por la pobre respuesta de público -Rolling Stones- o aterrados con las conductas barbáricas del aficionado chileno -Nick Cave y los centenares de escupitajos que cayeron en centésimas sobre su rostro- jamás pensarán en Chile como algo más que un sitio de bellas atracciones turísticas pero con un pueblo obtuso y en serio peligro de pérdida de masa encefálica