Muchas imprecaciones, arrebatos y quizá por ahí, alguna idea que valga la pena

viernes, diciembre 29, 2006

It's a Man's Man's Man's World


No voy a escribir una necrológica sobre James Brown. No voy a redundar, sólo por el fin de rellenar cuartillas, acerca de su grandeza absolutamente inasible. Como en el caso de todo prócer pop, lo que se diga de él apenas da algunos esbozos tangenciales de su obra y figura indómita.
Además, hay tantos buenos textos redactados en el pasado y ahora a propósito de su increíble muerte, que sólo hace falta un poco de tiempo y buen ojo e indudablemente uno se topará con excelenetes datos, análisis precisos y el despliegue de su legado con detalles. Lo mejor: sus entrevistas; cuando al hombre se le soltaba el ego como potro en campiña. Como quien se desayuna arremetía "el hombre conoce sus responsabilidades, la mujer, en cambio, sus limitaciones". Silencio.

Un tipo tan grande, de influencia tan radical, sólo puede ser homenajeado de una sola forma: escuchando su incendiaria música hasta que sangren los oídos. Y, claro, no son pocos los momentos en que James pateó con rabia los estantes del arte del siglo XX.

He seleccionado unas noches del otoño estadounidense de 1969. En esa época James se arropaba en los Soul Twins -varios de éstos posteriormente sacerdotes de máquinas como Funkadelic y Parliament-, y ya estaba disfrazado de alquimista pariendo un nuevo elemento que daría en llamar funk.

El disco, Sex Machine, obra maestra, y una muestra emotiva de energía, calor, seducción y causticidad de un afroamericano proveniente de los suburbios de Georgia, Atlanta. No quiero alarmarlos pero, ¿se han puesto a pensar qué vamos a hacer ahora sin James Brown? Thank you from the bottom of my heart Godfather.

Y por favor escúchenlo a altísimo volumen


James Brown Sex Machine 1969


lunes, diciembre 11, 2006

El Hombre sin Atributos


Terminó sus días pareciéndose cada vez más a Don Ciccio, el mafioso sicialiano que mató al padre de Vito Corleone; y conste que no por las malas costumbres. El general era, como Ciccio, un obeso fláccido, tullido y senescente. También estaba rodeado de una corte de pusilánimes, sicarios de mala muerte y redomados idiotas. Cada vez que veo Augusto Jr, por ejemplo, se me viene a la cabeza la figura de Fredo Corleone. El colmo de cada familia: un hijo estúpido, tahúr, incompetente, un petimetre de cuarta. Allí donde Fredo fue pánfilo y tranquilo, Augustito fue un golfo iracundo.

Las necrológicas sabrosas, era qué no, no fueron parte de la prensa nacional. Muy modosos y agradecidos de la obra del "estadista" como para publicar cosas que pusieran en aprietos la memoria de nuestro extinto cancerbero. Como mucho, ayer el Canal 13 en un insulso reportaje apuntó que Pinochet -mire ve- era coqueto y galante con las mujeres. A Genghis Khan le gustaba cocinar y dar paseos por la playa los sábados, leí en alguna parte.

Lo sutancioso lo puso Patricio Aylwin. Recordó su relación con el capitán general y con gran sutileza rememoró un vínculo que muchos creyeron áspero pero que siempre ambos afrontaron como dos caballeros bien dispuestos. Contó con una gracia como si de un amigo de copas de tratase las salidas de madre del general; todas muy ingeniosas, ¿eh? Mostró Aylwin sus habilidades histriónicas, impostó su voz y recordó que Augusto hubiese preferido un Ministro de Defensa más simpático que Patricio Rojas "como el guatón Krauss, que lo quieren tanto los pacos", concluyó sonriente. En fin, pura nostalgia.

Lo divertido. Nos enteramos que Pinochet era bruto como mula, que repitió un curso en enseñanza básica y que su promedio general no superó el 4,5 ni en catequesis. Signos indesmentibles de una inteligencia preclara y de estatura de prohombre. Bueno, si las hienas y los buitres no necesitan un gran intelecto para conseguir una presa, ¿por qué Augusto sí lo requeriría? En algo al menos terminó siendo austero.

Bueno ya está. Que vuelva la música y a descorchar la que sigue.....