My kingdom for a pop song
Añoranzas de pop, de grandes canciones, de estribillos exultantes; de melodías imposibles de sacarse de la cabeza por mucho tiempo.
¿Habrá alguna vez algo parecido, por ejemplo, a Motown Records?
Un sello regentado por un patán con buen gusto, Berry Gordy, desbordado de compositores notables, intérpretes escalofriantes y, bueno, canciones fulminantes dispuestas a ganar la eternidad.
No viene a cuento volver a hablar de los sesenta, de la singularidad de la materia o conjunción cósmica que la llevó a convertirse en la década más grande del siglo XX y, de paso, dejar a los años siguientes como épocas de claroscuros.
Ya que nadie se ha dignado a guardar células con el ADN de Diana Ross, Lamont Dozier, Smokey Robinson o de Stevie Wonder, aquí los dejo con una de las joyas de la corona: The Supremes y su Stop! In The name of love de 1965. Mi reino por una canción de pop como ésta.
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