Jefferson Airplane Surrealistic Pillow
Loa voluntarios de América. El grupo y sonido de San Francisco por excelencia. Jefferson Airplane representaron fielmente con su música los avatares de los sesenta: caóticos, comunales, violentos e impredecibles. Sus canciones nunca sonaban dos veces igual amén de su espíritu sinuoso y romántico.
Se les ha criticado su retórica, su carencia de disciplina artística, desconociendo que su obra se emparentó más con un modo de vida que con unas aspiraciones musicales. Expresión en lugar de estética.
Y todo esto al tacho al hablar de su segundo álbum Surrealistic Pillow; un disco de inspiración inigualable. Aquí todo yace calibrado con esmero y fulgor. Su lado folk más cálido, sus canciones más emblemáticas, su acritud de costumbre. Un disco perfecto de este combo liderado por Paul Kantner, Marty Balin, Jorma Kaukonen, Jack Cassady y Spencer Dryden. Por delante de todos ellos, la musa lisérgica, Grace Slick.
Este registro cumplió hace apenas tres días, el 25 de marzo, cuarenta años de inoxidable encanto. Por favor, escúchenlo pensando en que en aquel tiempo estos sonidos fueron grabados con la certeza -ingenua pero eterna- de que la música podía cambiar el curso de las cosas
Jefferson Airplane Surrealistic Pillow 1967
3 Comments:
Te digo Mastropiero que ese es para mi la Almohada Surrealística uno de los discos más decisivos de los 60, solo que su influencia se circunscribe a los amantes genuinos del rock. No tiene nada que ver con el galleguismo (o jilipollas) que inundó gran parte del movimiento rock de Venezuela. Esa era el rock de las comunas, de la rebeldía auténtica que no daba concesiones. Yo lo recuerdo como el disco que me nutrió en mi etapa de adolescente. Yo tripeaba y tripeo con la voz de Grace Slick. Para mi es el gran disco que define de un solo plumazo el sonido de la costa oeste. En lo particular lo compré en Caracas en la tienda de Don Disco de la avenida Urdaneta. Obtenerlo fue para mi como un trofeo que solo merecen los iniciados y amantes incondicionales. Perderlo años después fue una tragedia, una baja con las heridas de guerra. Recuperarlo, luego en sonido digital fue una forma de reeditar mis memorias, perdidas entre los acordes de Folk Rock con sentido de trascendencia. Eso es para mí este disco en tono morado casi místico. Su disfrute fue siempre en secreto porque eran pocas las personas en esa época con las cuales se podía compartir esa delicia. Aún recuerdo dos piezas inmortales: White rabbit y Somebody to love, precisamente los dos grandes aportes de Slick a la banda.
1:09 p. m.
Te digo Mastropiero que para mi la Almohada Surrealística es uno de los discos más decisivos de los 60, solo que su influencia se circunscribe a los amantes genuinos del rock. No tiene nada que ver con el galleguismo (o jilipollas) que inundó gran parte del movimiento rock de Venezuela. Ese era el rock de las comunas, de la rebeldía auténtica que no daba concesiones. Yo lo recuerdo como el disco que me nutrió en mi etapa de adolescente. Yo tripeaba y tripeo con la voz de Grace Slick. Para mi es el gran disco que define de un solo plumazo el sonido de la costa oeste. En lo particular lo compré en Caracas en la tienda de Don Disco de la avenida Urdaneta. Obtenerlo fue para mi como un trofeo que solo merecen los iniciados y amantes incondicionales. Perderlo años después fue una tragedia, una baja con sus respectivas heridas de guerra. Recuperarlo, luego en sonido digital representó una enorme alegría y una magnifica referencia para recuperar y nutrir mis memorias perdidas entre los acordes de Folk Rock con sentido de trascendencia. Eso es para mí este disco en tono morado casi místico. Su disfrute fue siempre en secreto porque eran pocas las personas en esa época con las cuales se podía compartir esa delicia. Aún recuerdo dos piezas inmortales: White rabbit y Somebody to love, precisamente los dos grandes aportes de Slick a la banda. Es un disco de colección, de consulta y placer permanente.
1:24 p. m.
A modo de complemento a mi comentario anterior te digo que la lectura de tu blog me permitió refrescar mis memorias y alimentar mis crónicas de vida. Actualmente mantengo además del blog, una columna semanal en el diario El Periodiquito de Maracay (Anacrónicas). Me acordé igualmente de una novia que tenía en aquella época y de una muchacha bella pero lejana a cual esperaba todas las tardes para verla salir del liceo Gustavo Herrera donde yo también estudiaba. No me acuerdo como se llamaba la muchacha en cuestión solo se que era dueña de una belleza extraña. Esta imagen está reflejada en un cuento. El personaje está ficcionado y ya tiene muy poco de los rasgos verdaderos. También aprovecho este blog para saludarte y felicitarte por tu estilo tan personal, tu modo tan vehemente de enfocar tus pasiones. Creo que es imposible reflejar nuestro amor por la música sin esa dosis de pasión que bien sabes reflejar para deleite de tus lectores. Veo que tenemos algunas coincidencias en los gustos. Al igual que a mi te gusta John Coltrane, Byrds, Jefferson Airplane, el libro Ficciones de Jorge Luis Borges, La Naranja Mecánica de Kubrick, entre otras delicias. Lo que si me resulta bastante extraño y esperanzador es que un muchacho de apenas 28 años esté tan bien ubicado en estas coordenadas de transformación espiritual. Porque yo que tengo 58 años y soy testigo de excepción de esa época, ahora es cuando puedo volver a esos temas a través de una escritura con la seguridad y la profundidad que tu a la altura de tus 28 años, sabes manejar para el asombro de nosotros, tus afortunados lectores
12:05 p. m.
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