Muchas imprecaciones, arrebatos y quizá por ahí, alguna idea que valga la pena

jueves, marzo 30, 2006

Viaje al centro de la psicodelia, parte uno





No pretendo predicar ni revelar nada. La historia es bastante conocida inclusive en los lugares más recónditos: en los sesenta el rock maduró, sacó carnet de música grande y, de pasó, le dejó la vara muy alta a los músicos que tuvieron la mala pata de comenzar a grabar desde 1971 en adelante. En los sesenta se hizo todo y esta frase no tiene nada de terminante sino es solo una constatación simple y corriente como decir a "este guiso le falta sal". No tiene gracia alguna, entonces, marear la perdiz con que por qué se hicieron tan buenos discos en esa época, que si los cambios culturales, que las utopías florecían, que los Beatles no lo son todo, que si patatín y que patatán.

Lo que si aún es importante destacar es que, como en toda corrienbte estética, movimiento o grupúsculo con alguna repercusión en lo artístico, hay un canon, un solemne canon. En el rock de los sesenta, este canon está más o menos integrado por unos quince o veinte músicos que son por lejos lo más venerados y referidos por críticos, bandas y público promedio. Ahora bien, la cosa se pone suculenta al iniciar la prospección arqueológica de la psicodelia de la que surgen nombres que equiparan a loa más ilustres bastiones de la época, en niveles de genialidad e influencia, pero con una reconocimiento aún esquivo. Los nombres del culto son:

Red Crayola. "The Parable of Arable Land"
Llevan más de 35 años haciendo música y el nombre de Mayo Thompson y los Crayola, líder del combo que cambió la C por la K en Krayola a partir del segundo disco, resuena solo en los confines de los experimentos marginales más insistentes de la historia del rock. Disponible en una edición que inserta su también interesante segundo elepé, "The Parable" es un genuino punto aparte. El nacimiento de la new wave en un deshilvanado proyecto que combina el garage y ciertos aires de música concreta, sonando a Television en no pocas ocasiones; que Tom Verlaine diga lo contrario. El disco levita, zumba; es poco pulido y hasta las guitarras suenas desafinadas. La voz es fría y susurrante. Bienvenidos a la invención de la "low fidelity".


Blossom Toes
"We are ever so clean"
En los sesenta aún la posibilidad de grabar en apenas condiciones dignas era cosa de pocos. Giorgio Gomelsky, como otros productores, cumplió el papel de mecenas y promotor de excelentes músicos, partiendo en los Yarbirds, siguiendo con los Action y rematando con Blossom Toes. Disco publicado en 1968, es el primero después del Sgt. Peppers en grabarse en ocho canales en una mesa comprada por Gomelsky. Para muchos es el disco que Ray Davies habría grabado de haberle puesto unos cubitos de ácido a su té matinal. Barroquismo a raudales, savoir-faire británico hasta debajo de los codos, tonos pasteles y humor lisérgico. "We are ever so clean" es un álbum por el que hasta Damon Albarn y Graham Coxon piernas y orejas. Una obra maestra de pop imperial.

Family
"Music in a doll's house"
Los que amamos lo sesenta como manantial de experimentación, elegancia, buen gusto a partes iguales y nunca un segundo de aburrimiento, echamos más que en menos durante los setenta la falta de egocentrimo y pretenciosidad que abundó en los sesenta. Claro, llámenle progresivo o sinfónico, pero uno se pregunta, ¿eran necesarias esas secciones instrumentales de quince minutos para demostrar creatividad e inteligencia? Family demuestra que no, en absoluto.

Family, grupo inglés, partieron en 1967 y su mezcla de blues, psicodelia y algunas cosas de folk impresionaron bastanteal ambiente londinense, tanto que Dave Mason -miembro de Traffic- se ofreció como productor de su debut discográfico que vio la luz en 1968 titulándose "Music in a Doll's House". Family es un grupo serio, su música denota madurez y apunta hacia otra dirección. El vocalista, Mark Chapman, suena a Peter Gabriel pero con más cerveza y barriobajo, y menos leyenda medieval. El soporte es abrumador, hay blues, gospel, rock duro y experimentación pero no hecha ya por mocosos juguetones sino músicos con las cosas claras. Si al menos un 10% de las bandas llamadas "progresivas" hubiesen seguido este camino, los setenta gozarían de buena reputación.

Fugs
The Fugs o segundo álbum:
Un colectivo de anarquistas de espíritu beatnick y sin siquiera saber tocar la armónica, montan una banda para darle peso y sonido a sus proclamas de "váyanse todos al carajo". Semilla del punk si la hay, este disco data de principios de 1966 lo que involucra que se concibió durante el 65, es el primer álbum de rock que mostró que esta música podía ser realmente peligrosa y convocar a las pulsiones más violetas y rupturistas de la juventud. Al igual que con números de años posteriores, como Pere Ubu, aquí todo radica en el carácter, en la voz rabiosa y paranoica de un tipo que te dice a las claras que todo está como el culo, que tú eres un estúpido al que le han metido el dedo en la boca hasta el hartazgo y que el sueño hippie no es más que una joda de adolescentes burgueses y pánfilos. La música, bien gracias y qué falta hace. Escuchar cantar a esos tipos un bolero bastaría para armar barricadas y ponerse en estado de alerta.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Gracias por la información, en el blog ChrisGoesRock está disponible ese Lp de Family, estaba también el de Blossom Toes (ubíquenlo ambos en el mes de Marzo);también uno de los mejores blogs según Les Inrockuptibles : "Music for your eyes" tiene un video de The Fugs.
Salu2 desde Lima,Perú y hasta pronto
GrrC

8:59 p. m.

 

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